Apnea del sueño, cómo tratarla de forma integral

La apnea del sueño, conocida también como síndrome de apneas-hipopneas (SAHS) es un trastorno común en el que se realizan una o más pausas en la respiración durante el sueño. Esta pausa puede ser de pocos segundos o incluso varios minutos, normalmente esta pausa finaliza con un ronquido brusco.

Estamos ante una patología crónica que altera el sueño que normalmente detecta la persona que duerme en la misma cama. El tipo más común es la apnea del sueño obstructiva, durante el sueño se reduce el diámetro de las vías aéreas o se bloquean y al intentar respirar se pueden producir fuertes ronquidos.

Cuáles son los síntomas de la apnea del sueño

Los síntomas más comunes de los pacientes con apnea del sueño son la somnolencia excesiva, ronquidos fuertes, micro despertares y la sensación de no haber descansado correctamente.

¿Cómo se diagnostica de manera integral?

Patologías como la apnea del sueño (SAHS) están a menudo infradiagnosticadas, por ello es importante tener claros los síntomas y acudir a los especialistas que puedan valorar nuestro caso.  Este tipo de patologías del sueño se puede abordar desde diferentes especialidades y para una correcta detección y diagnostico un trabajo multidisciplinar por parte de expertos y expertas en odontología, otorrinolaringología y neumología. Desde la Clínica Ortiz- Vigón trabajamos de forma integral para estas patologías con los especialistas de CIO Salud.

Por un lado, el o la odontóloga hace una revisión y deriva al neumólogo para realizar la prueba de sueño o polisomnografía. De esta manera se controla el número de apneas que se realizan por la noche. Conecta la actividad de tu corazón, tus pulmones, el cerebro, además de los patrones de respiración y tus niveles de oxígeno en sangre mientras duermes.

Por otra parte, el especialista en otorrinolaringología debe valorar si existe algún problema anatómico. Si la patología viene provocada por un problema anatómico se requiere una intervención quirúrgica.

Cuando no existe un problema quirúrgico es necesario hacer más pruebas diagnósticas, por parte del otorrino un cálculo del volumen de la vía aérea del paciente, en el dentista una prueba de mordida y una resonancia. Una vez tenemos los diferentes resultados se valora conjuntamente el tratamiento más adecuado.

Tratamientos más comunes para la Apnea del Sueño

Los diagnósticos más comunes de apnea del sueño, especialmente los de mayor gravedad van acompañados de un tratamiento de presión en las vías respiratorias durante las horas de sueño. Se traduce en dormir acompañado de una máquina y con una mascarilla puesta que ejerce presión de aire que despeja nuestras vías respiratorias y evita la apnea y también los ronquidos. A partir de 30 apneas por hora se recomienda emplear la máquina de aire, aunque este tratamiento puede resultar algo más incómodo.

Sin embargo, desde la odontología se detectan muchos pacientes con posible apnea del sueño y ofrece un tratamiento con dispositivos intraorales de avance mandibular (DAM). Se trata de dispositivos que colocamos en la boca, similares a las férulas de descarga que se emplean para tratar el bruxismo, que evitan el cierre de la garganta por la posición en la que colocan nuestra lengua y nuestra mandíbula.

Dispositivo de Avance Mandibular para pacientes con trastorno ATM

Existen diferentes modelos de férulas de avance mandibular, y los más comunes no toman en cuenta posibles trastornos en la articulación temporomandibular que pueda tener el paciente previamente.

Actualmente existen férulas de descarga de avance mandibular -conocidas como férulas del ronquido- que abordan de manera multidisciplinar las patologías del paciente y sirven de tratamiento integral para el síndrome de apnea del sueño además del trastorno de la articulación mandibular que sufra.

Si tras el diagnóstico se valora el Dispositivo de avance mandibular (DAM) como el tratamiento más adecuado, en el dentista se toman las impresiones para realizar esta férula adaptada a nuestra boca en el laboratorio digital.

Por último, es importante tener un buen seguimiento con nuestro odontólogo y especialista de la evolución del tratamiento, de frecuencia mensual al comienzo y bianualmente después.