Respiración bucal, signos para reconocerla y tratarla

¿Duermes con la boca abierta? Es probable que realices respiración bucal y este artículo te interese. Ser respirador bucal es un hábito más común de lo que nos pensamos y es importante conocer las consecuencias que implica en nuestro cuerpo y en nuestra salud, y así poder tratarla.

Para respirar correctamente es importante hacerlo por la nariz, de esta manera se filtra el aire que entra en nuestro cuerpo. El vello de los conductos nasales frena a muchos patógenos de entrar en nuestro cuerpo, además de calentar el aire que respiramos, lo cual mejora nuestra respiración y evita sufrir infecciones respiratorias.

Las personas que respiran por la boca pueden hacerlo solamente por la noche, al hablar o pueden combinar ambas respiraciones. En cualquier caso, este hábito puede provocar ronquidos, o aumentar las posibilidades de sufrir apnea del sueño.

Por otro lado, si respiramos por la boca aumenta la sequedad bucal y el mal aliento. Es importante corregir este hábito porque esto puede relacionarse con caries y desarrollo de gingivitis.

¿Cómo detectamos la respiración bucal en los más pequeños?

Detectar el hábito de respirar por la boca es aún más importante en niños y niñas, puesto que puede tener consecuencias en su desarrollo y crecimiento. Reconocer los signos de respiración bucal en los más peques es vital porque es una anomalía tratable.

Podemos reconocer la respiración bucal de nuestros hijos e hijas con los siguientes signos:

Si duermen con la boca abierta, roncan mientras duermen o si tienen la boca abierta durante el día, de manera habitual. Suelen presentar ojeras y es además común que sufran amigdalitis, catarros y congestión nasal muy a menudo. Generalmente tienen la lengua en una posición baja, y la colocan de manera incorrecta a la hora de tragar, patología conocida como deglución atípica.

La causa de esta respiración oral es posible que sea por alguna obstrucción respiratoria. Puede sufrir sinusitis o alguna inflamación de la mucosa nasal, tener una desviación del tabique nasal o una hipertrofia en las amígdalas, por ejemplo.

Si no abordamos este hábito respiratorio en los más pequeños puede tener consecuencias en el crecimiento dentofacial de los niños, afectando sobre todo al desarrollo transversal del maxilar superior, así como a la salud bucodental, con mayor propensión al desarrollo de caries.

Tratamiento para la respiración bucal

 

Si reconocemos estos síntomas, es importante comentarlo en las revisiones con el/la pediatra y odontopediatra. Es un problema que se aborda de manera multidisciplinar, desde la odontología, la otorrinolaringología y la logopedia.

El otorrino diagnostica cualquier afección en la nariz y oídos, y valorará si está ahí la causa de la respiración incorrecta y con qué tratamiento se puede abordar.

Por otro lado, desde la odontología se debe valorar con la ortodoncista y odontopediatra si esta respiración oral está afectando al desarrollo de los maxilares y existe un paladar estrecho, una mordida abierta…Y de ser así, buscar la mejor solución combinada con otras especialidades, si fuera necesario, para el tratamiento del hábito nocivo y de la causa que lo provoca.

Por último, en muchos casos es también necesaria una intervención con la especialista en logopedia, para corregir la respiración, la colocación de la lengua en reposo y la deglución a través de diferentes técnicas.

En la clínica trabajamos de manera interdisciplinar y conjunta con los especialistas de otorrinolaringología y logopedia de CIO Salud, en nuestra unidad de atención integral. 

En definitiva, la respiración bucal es una anomalía que debe tratarse en cuanto se detecte alguno de los principales síntomas, porque la detección precoz ayudará a cambiar este hábito y favorecerá un correcto desarrollo de los más pequeños.