En esta época de frío, los resfriados, constipados, gripes y demás afecciones son bastante comunes. Normalmente, para mejorar nuestro estado en estos casos, tomamos medicamentos tanto recetados como los adquiridos en farmacia sin prescripción médica. A los que tomamos de forma extraordinaria, hay que añadirles algunos medicamentos habituales que ciertas personas ingieren para diferentes tratamientos prolongados en el tiempo.
Dejando al margen el debate en torno a si es adecuada o no la cantidad de medicamentos que tomamos durante nuestra vida que está sujeto a opiniones muy diversas, sí es cierto que los fármacos dejan huella en nuestra boca. Eso sí, es importante subrayar que no todos los medicamentos afectan de la misma forma a todas las personas. Veamos cuáles pueden ser los efectos en nuestra zona bucal:
1. Sequedad en la boca
No parece importante pero la saliva es trascendental para nuestra cavidad bucal. Los medicamentos que pueden provocar este efecto son varios, pero por mencionar algunos, destacamos los antidepresivos, los antihistamínicos, los inhaladores para el asma, los descongestivos o los relajantes musculares.
2. Caries
Los medicamentos con endulzante, como, por ejemplo, los jarabes, los caramelos para la tos o las vitaminas, exponen a nuestra dentadura a un mayor riesgo de caries. No olvide limpiarse los dientes después de tomarlos.
3. Encías alteradas:
Pueden verse afectadas en forma de mayor sangrado, provocado principalmente por la ingesta de anticoagulantes y medicamentos para el riego sanguíneo. Por otra parte, las encías también pueden verse más inflamadas si tomamos medicamentos como los bloqueadores de los canales de calcio, usados para tratar la hipertensión o las migrañas.
4. Úlceras:
Éstas molestas heridas pueden producirse debido a distintos fármacos. Desde los tan habituales como aspirinas o el ibuprofeno, hasta los medicamentos para la quimioterapia.
5. Mal aliento:
Algunos antibióticos producen cierto malestar estomacal, que, en consecuencia, puede llevarnos a tener halitosis temporal. Puede suponer una ayuda extra los protectores gástricos y el cepillado de dientes tras la ingesta.
Así pues, no se asuste si nota algún cambio en una fase en la que está ingiriendo medicamentos. Lo más importante, es no auto medicarse y consultar siempre con su médico, o en su defecto si el medicamento no necesitara receta médica, con su farmacéutico. Tomar medicación puede resultar tan necesario como nocivo si lo hacemos sin control alguno. Además, recordamos la importancia de transmitirle a su dentista si está recibimiento algún tratamiento con medicación, ya que la coordinación entre profesionales puede facilitar cualquier proceso relacionado con la salud.