Vamos al baño y nos sorprendemos al comprobar que nos hemos olvidado de incluir en la lista de la compra el dentífrico de los niños. Lo peor no es eso. Lo peor es que cada vez cuesta más saber qué pasta es adecuada para los peques de la casa. Oferta hay mucha, pero… “¿estoy dándole a mi hijo la pasta que mejor cuide de su boca?” En Clínica Ortiz-Vigón te ayudamos a despejar dudas.
La problemática
Es normal que no te resulte sencillo elegir la pasta adecuada. No hace tanto que las asociaciones de odontólogos han revisado la cantidad de flúor que un dentífrico infantil debe contener según su edad. Y la cuestión es que los fabricantes no tienen obligación de seguir las recomendaciones y adaptar sus cantidades de flúor. De hecho, esto es algo que no sólo nos encontramos en supermercados, también en farmacias, donde no todas están al día sobre esta actualización. Pero comencemos por el principio…
¿Por qué el flúor es esencial?
Es posiblemente el ingrediente indispensable en la mayoría de las pastas de dientes. Su cometido es favorecer la resistencia del esmalte, así como la remineralización cuando se producen lesiones. Por si esto fuera poco, este componente es además el responsable de la eliminación de algunos ácidos que provocan caries dental.
Posiblemente habrás oído hablar sobre la fluorosis y sus riesgos. Básicamente consisten en una anomalía que se produce en la formación del esmalte cuando existe una excesiva exposición al flúor en las etapas de formación.
En resumidas cuentas, tu hijo necesita que su dentífrico contenga la suficiente cantidad de flúor como para que resulte efectivo, pero no una cantidad excesiva que pueda poner en riesgo la salud de su boca. Con este panorama seguro que ahora mismo sientes una gran responsabilidad. Pero en realidad solo es necesario seguir una serie de pautas muy sencillas para evitar problemas
¿Qué recomiendan los expertos?
Como ya te hemos comentado, el flúor es un componente clave en la prevención de la caries dental. Sólo aquellos dentífricos de más de 1.000 partes por millón (ppm) serán eficientes en la reducción de la incidencia de caries. Pero estos baremos varían en función de la edad del peque. Estas son las nuevas cifras que se recomiendan:
- Niños de menos de 2 años: Comienza usando una pasta con 1.000 ppm de flúor (50 mg de flúor por 100 g). En cuanto a cantidades se recomienda la cantidad justa para manchar el cepillo.
- Niños de entre 2 y 3 años: Mantenle en pasta con valores de 1.000 ppm de flúor. Lo que sí puedes comenzar a hacer es subir la cantidad de pasta hasta el tamaño de un grano de arroz.
- Niños de 4 a 6 años: Subimos la dosis de flúor hasta los 1.450 ppm. La cantidad será del tamaño de un guisante.
- Niños mayores de 6 años: Respetamos la pasta con 1.450 ppm de flúor con una cantidad algo superior a la de un guisante.
Desde Clínica Ortiz-Vigón te recomendamos que ignorares la edad que indica el fabricante. El mejor modo de acertar con el dentífrico de tu hijo es que tú mismo lo elijas en función a las partes por mil de flúor que especifica. Esto siempre se va a reflejar en la lista de ingredientes.
Otros factores a tener en cuenta
Puede parecer irrisorio, pero sí, el sabor importa cuando hablamos de niños. Muchos padres ya sois plenamente conscientes de ello cuando llega la hora de comer. Usar una pasta de dientes con un sabor que les agrade puede facilitar mucho la introducción del peque en el cuidado por su boca. Aquí tenemos mucha variedad: fresa, naranja, chicle, cereza, plátano… Seguramente estos sabores les resulten más atractivos que sabores intensos como el eucalipto o la menta.
Inculca el hábito
Implicar a los pequeños de la casa en el cuidado de su salud bucodental ayudará a que se genere ese hábito del cepillado diario. Evita que sientan aversión convirtiéndolo en un tiempo compartido. Aún teniendo en cuenta todas las indicaciones, habrá un amplio margen para poder elegir entre una gran variedad de cepillos y pastas de dientes, así que deja que elijan los que más les gusten. Y, como siempre, recuerda introducirles cuanto antes en las visitas con un especialista para llevar un correcto control del estado de su boca. Los primeros años son la base de su futuro.