Los hábitos diarios de los más pequeños tiene una enorme influencia en el desarrollo de su boca, por ello desde bebes es importante tener claro cómo afectan los chupetes, biberones o el acto reflejo de los bebés a chuparse el dedo, en la formación de sus dientes y en su capacidad de masticar.
En este artículo resolvemos algunas de las dudas que pueden surgir en relación a estos hábitos nocivos con nuestra especialista en odontopediatría y ortodoncia Aiala González.
¿Qué tipo de chupete es más recomendable?
El chupete recomendado debe tener tener una tetina anatómica y ser de silicona, ya que el latex podria producir alergias.
¿Cómo puede alterar la boca de nuestros peques? ¿Y el nacimiento de los dientes?
Desde la Sociedad Española de Odontopediatría no recomiendan el uso del chupete, aunque reconocen el efecto analgésico del mismo y por eso tampoco es una contraindicación.
Por ello, en caso de utilizarlo, recomiendan limitar su uso hasta los 24 meses porque mas allá en el tiempo, puede provocar alteraciones en la posición de la lengua que afecten al correcto desarrollo de los maxilares dando lugar a problemas de mordida. Hasta los 24 meses, los efectos nocivos provocados suelen ser reversibles y se corrigen espontáneamente una vez eliminado el hábito nocivo.
Además, se recomienda no mojar el chupete en sustancias dulces (azúcar y miel) porque puede tener consecuencias nefastas para la alimentación, al acostumbrar a los bebes a alimentos dulces, además de producir la conocida como caries del biberón.
Esta caries se produce debido al exceso de azúcares en la alimentación y produce un proceso de desmineralización de la superficie dental por acumulación de bacterias.
¿Chuparse el dedo vs chupete?
Aunque no lo parezca chuparse el dedo es más perjudicial para nuestros pequeños que el uso de chupetes. Por un lado, porque el material de los chupetes es menos duro y tiene menos riesgo de producir lesiones en la boca. Además de menor riesgo de infecciones, ya que podemos esterilizarlo y limpiarlo constantemente.
Chuparse el dedo, acarrea, como el uso del chupete diversos problemas asociados en el desarrollo de los maxilares. Puede adelantar los dientes superiores (protruir) o ¨llevar hacia atrás¨ los inferiores (retraer), generando un gran resalte y una mordida abierta anterior, además de evitando un correcto desarrollo transversal del maxilar. Estos efectos adversos generan una maloclusión importante que afecta a la masticación y al desarrollo del habla.
Pero sobre todo, la retirada del chupete como hábito es más sencilla que si el hábito es de chuparse el dedo.
¿Qué pasa con el biberón?
Ante el uso del biberón los odontopediatras nos recomiendan limitarlo a los 12-18 primeros meses de vida y ante la erupción del primer diente, evitar el biberón nocturno, porque en el caso de hacerlo es importante la limpieza bucal del bebé para evitar futuras caries.
Por este mismo motivo, no se debe añadir azúcar, cereales al biberón, ni dar bebidas azucaradas como el zumo, ya que afectan no solo a la posibilidad de producir caries sino para garantizar una alimentación equilibrada.
Por último, el biberón debe tener un orificio similar al flujo de los senos maternos para que la succión sea la necesaria.
Es importante adecuar la dieta a la masticación desde el primer momento. Seguir las recomendaciones de pediatras para que las comidas de los bebes se adapten a la capacidad de masticación de cada edad. Especialmente desde el momento que tenga dientes, se debe promover la masticación activa.