La mascarilla, quirúrgica o higiénica, es el complemento que nos acompaña desde hace unos meses y que seguro llevaremos el resto del verano ya que su uso seguirá siendo obligatorio en la “nueva normalidad” tanto en espacios cerrados y como en los abiertos cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad.
Con el uso habitual de la mascarilla podemos darnos cuenta de que tenemos un posible problema de mal aliento o halitosis que no habíamos detectado hasta ahora. Al ser una barrera física para nuestra saliva, puede acumular partículas de la misma -cuya función es limpiar nuestra boca- y que produzcan mal olor.
Origen del “mal aliento”
La Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) estima que alrededor de un 30% de la población adulta ha padecido o padece halitosis. Comúnmente conocida como mal aliento, esta patología tiene diversas causas.
El doctor Erik Regidor nos explica que los orígenes de la halitosis pueden ser por problemas estomacales o por problemas bucales. Por ello si lo detectamos deberíamos consultar a los especialistas en ambas ramas para asegurarnos de las causas de este mal aliento.
En el caso de que el origen sea bucal, se caracteriza por la emisión de gases malolientes que principalmente se debe a la presencia de bacterias periodontales en nuestra boca. De hecho, según el informe de SEPA en un 90% de los casos halitosis, el origen está en la boca, y en un 60%, en las enfermedades de las encías (gingivitis y periodontitis).
Causas naturales de la halitosis
El origen del problema suele encontrarse en las partículas que recubren la parte interior de la lengua (aquella más cercana a la garganta). El 90% de los casos son casos de halitosis patológica, en estos pacientes además del origen del problema se añaden condiciones de la cavidad bucal como alguna enfermedad periodontal, gingivitis o periodontitis principalmente.
Por otro lado, el mal olor que podemos percibir al despertarnos se debe a la disminución del flujo de saliva durante la noche, ya que las glándulas salivares no trabajan y genera mayor acumulación de bacterias. Éstas han tenido muchas horas para multiplicarse en la superficie de nuestra boca.
Aquello que consumimos también afecta
Del mismo modo, el consumo de determinados fármacos, que conlleve sequedad bucal, puede genera la misma sensación de mal aliento. En caso de utilizar prótesis dentales removibles, es muy importante quitárselas para dormir, porque si se dejan por la noche, pueden producir un olor desagradable.
Por otro lado, a menudo leemos que algunos alimentos pueden producir mal olor en nuestro aliento. Esto se puede deber a reacciones estomacales a estos alimentos, generando gases que nos producen mal aliento. En todo caso, estamos hablando de un mal aliento puntual. Con respecto al consumo de tabaco, es cierto que puede generar un mal sabor de boca y un olor bucal muy fuerte.
La Sociedad Española de Periodoncia advierte de que debemos tener cuidado con la autopercepción de mal aliento, puesto que podemos confundir una situación de sequedad bucal o mal sabor de boca con un problema de halitosis. Por ello, si percibes este mal olor, especialmente si es de manera habitual, es importante consultar con el especialista en periodoncia para detectar su origen y cómo combatirlo.
Una buena higiene, la mejor aliada
De nuevo, la mejor forma de combatir el mal aliento es mantener una correcta higiene dental, por un lado, con correcto cepillado tras cada comida, para eliminar las bacterias producidas por la descomposición de los alimentos. Por otro, acompañando con seda dental o cepillo interproximales para asegurarnos de que eliminamos todos los restos que puedan acumularse entre los dientes, para evitar futuras enfermedades en nuestras encías.
Si quieres leer más sobre higiene bucal, puedes consultar nuestro post.