¿Alguna vez te has preguntado si es posible reciclar el cepillo de dientes? O ¿a qué contenedor tirar los botes de pasta de dientes? Aquí te dejamos algunas claves.
La recomendación de los dentistas para un cuidado adecuado de nuestra boca es cambiar de cepillo dental cada tres meses tanto para los cepillos normales como para los cepillos eléctricos en los que debemos sustituir el cabezal. Un buen consejo para que no se nos olvide renovarlo es hacerlo con cada cambio de estación. De este modo, una persona consume de media entre tres y cuatro cepillos de dientes al año. La inmensa mayoría están fabricados a base de plástico, un tipo de plástico muy resistente y que a menudo no se recicla correctamente.
Según los datos de la organización internacional WWF, un cepillo de dientes tarda aproximadamente 500 años en descomponerse y se calcula que anualmente se venden 3500 millones de cepillos de dientes en el mundo. Esto tiene unas consecuencias para el medioambiente importantes, por eso es importante conocer las posibilidades de reducir nuestra huella ecológica.
Los cepillos convencionales están fabricados de plástico y nylon, pero no podemos reciclarlos en el contenedor amarillo al no ser un envase. Además las plantas de reciclado no pueden reciclar los diferentes componentes que forman el cepillo al igual que sucede con otros productos de higiene personal. Por tanto, el contenedor gris, dónde depositamos el resto de residuos sería el lugar correcto.
Aunque, para intentar ser lo más sostenibles posible, lo mejor es depositar nuestros cepillos de dientes en un punto limpio específico. Existen puntos limpios móviles y fijos en toda España. Concretamente en Bilbao, existe una red de punto limpios móviles que se colocan en diferentes barrios de la ciudad cada dia, aquí podéis consultar el calendario de este servicio.
Del mismo modo los cepillos eléctricos deben retirarse en un punto limpio específico para pequeños electrodomésticos, se trata de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos que pueden contener sustancias peligrosa como plomo o mercurio, por eso es vital depositarlos en su punto de reciclaje específico.
¿Y qué podemos hacer con la pasta de dientes?
Los tubos de dentífrico sí que pueden ser reciclados en el contenedor amarillo. Son considerados envases a pesar de estar formados por plásticos diferentes y sigue el proceso común de la planta de reciclado
Otras alternativas
En los últimos años se está aumentando el uso de cepillos fabricados con bambú o madera, para reducir el consumo de plástico en nuestra vida diaria. Estos cepillos también es necesario cambiarlos cada 3-4 meses pero su reciclaje es más sencillo que los convencionales.
Otro de los consejos para alargar la vida de nuestro cepillo de dientes es darle un segundo uso, como utensilio para limpieza de juntas de baldosas o azulejos o incluso para usos creativos y manualidades. Esta posibilidad es útil para alargar su vida pero antes de este segundo uso es necesario desinfectarlo correctamente puesto que se trata de un utensilio que ha estado en nuestra boca.